El abogado de los padres de los estudiantes, Vidulfo Rosales, en entrevista para Excélsior, señaló que de acuerdo con las investigaciones del caso, entre las diez y las 11 de la noche de ese 26 de septiembre de 2014, el destino de los normalistas cambió dramáticamente.
Rosales detalló que luego de un enfrentamiento y una persecución a balazos por parte de sus atacantes, muchos estudiantes quedaron heridos, fueron separados de sus compañeros ilesos y trasladados al hospital, a bordo de patrullas y ambulancias.
“Eso nos indica que no había una orden para su desaparición, para eliminarlos. Sin embargo, más tarde, alrededor de las 11 de la noche, viene la segunda agresión que a partir de ahí marca un comportamiento, una acción distinta de los agresores: deviene una orden de eliminar, una orden de desaparecer”, señaló al medio.
Esta tesis del “cambio de orden” fue planteada por la CNDH en su recomendación 15VG/ 2018, que señala que el entonces subdirector de la policía de Cocula, César Nava, que estuvo presente esa noche, se retiraba de Iguala cuando recibió una llamada de alguien identificado como “El Patrón”. Luego de esto, el mando regresó a la comandancia de Iguala para exigir que por “orden de arriba” les entregaran a los normalistas que para ese momento estaban detenidos.
Vidulfo Rosales aseguró que “un cambio de orden” provocó hace seis años que los 43 normalistas fueran “eliminados” y “desaparecidos”.
El abogado indicó que ese modus operandi de las agresiones a los normalistas se tiene que investigar de manera profunda, señaló que la forma y el comportamiento de los agresores no era para desaparecerlos, ni para eliminar a los estudiantes.
“Ese modus operandi de las agresiones a los estudiantes se tiene que investigar de manera profunda, exhaustiva, porque los datos de prueba dan cuenta que hasta las 10 de la noche, por lo menos, la forma y el comportamiento de los agresores no era para desaparecer, no era para eliminar a los normalistas”, indicó.
A pregunta expresa sobre si César Nava, entonces subdirector de la policía municipal de Cocula fue quién recibió el “cambio de orden”, de parte de “El Patrón”, Rosales dijo:
“Ese dato yo no lo tengo preciso. No puedo asegurar ese dato de prueba, no tengo los elementos, pero lo que puedo decir es esto: los datos de prueba nos indican que después de las 11 de la noche la orden fue de desaparecer; antes no había una orden de desaparecerlos. Los datos nos indican el modus de los agresores y no había orden de desaparecer”, indicó.
Sobre quién dio ese “cambio de orden”, el abogado dijo que “tenemos algunos indicios, son parte de la investigación, no son susceptibles de referirlos públicamente”.
“Ya en el trayecto, una llamada telefónica recibida por el subdirector (César Nava) hizo cambiar la instrucción originalmente recibida por lo que las tres camionetas patrulla de Cocula, de forma repentina, retornaron y se dirigieron a la comandancia de la policía de Iguala, lugar al que ingresó el subdirector de la policía municipal de Cocula”, detalló.
El documento de la CNDH, que se tiene que ver con la afirmación de Vidulfo Rosales, señala como “momento crucial” de los que sucedería con el “cambio de orden”. Se trata de la declaración ministerial de un elemento de la policía municipal de Cocula:
“…escuché que César Nava les decía a los muchachos del camión que se bajaran para arreglar eso sin saber de qué (sic) cosa, pero los muchachos le pedían que se quitara el arma y se descubriera el rostro, ya que los muchachos mencionaban que no traían armas; al no llegar a un arreglo por órdenes de César Nava, nos indica el comandante Aceves que nos retiráramos del lugar, por lo que nos retiramos creyendo que regresábamos a Cocula, pero en el trayecto se retornan nuestras camionetas hacia la comandancia de Iguala; en donde estuvimos aproximadamente una hora y en ese lapso me percato que César Nava se baja de la unidad y se mete a la comandancia…”, señala.
El policías que describió e “cambio de orden” a Nava, declaró haber visto a detenidos en el patio de las instalaciones de su corporación, y agregó “vi que llegaron elementos de la policía a bordo de dos patrullas y subieron en ella a los muchachos, ignoro hacia dónde se los hayan llevado”.
Las dos primeras víctimas mortales, de acuerdo con los hechos ocurrieron entre los primeros 16 y 30 minutos del 27 de septiembre, durante el ataque de un comando armado, en el lugar había periodistas, algunos resultaron heridos, minutos más tarde, cerca del lugar de los hechos, ocurrió la muerte de otro normalista, Julio César Mondragón Fontes.
La CDH refiere que un servidor público municipal de Cocula no involucrado en los hechos, ni acusado por ellos, de manera espontánea, declaró que César Nava desde mucho tiempo antes del 26 y 27 de septiembre de 2014, estaba ya vinculado con el grupo criminal de Guerreros Unidos. Y que recibía instrucciones de un líder criminal que Nava identificaba como El Patrón. En una parte de su declaración, el testigo dijo que Nava “… recibe instrucciones por parte del crimen organizado… se comunica sospechosamente con una persona a quien le llama El Patrón para reportarle…”.
Ese “cambio de orden” que asegura Rosales ocurrió y que documentó la CNDH, ocurrió después de que El Patrón se convenció de que su territorio estaba siendo invadido por sus enemigos Los Rojos. Identificó a, al menos, 4 líderes normalistas vinculados a Los Rojos, quienes cumplían órdenes de El Carrete —capo regional de Los Rojos— que le transmitió al director de la normal de Ayotzinapa y éste a David Flores Maldonado alias La Parka, quien, a su vez, ordenó a El Cochiloco y a los demás líderes salir con el grueso de normalistas hacia Iguala en pos del autobús 2513 —al que la CNDH identifica como el sexto autobús—, en el que viajaban miembros de Los Rojos, armados, después de que abordaran en Chilpancingo, de acuerdo a lo que se rescata de unos chats de Chicago.
Esas comunicaciones indican que una mujer que iba en el sexto autobús, vinculada a los Guerreros Unidos, se dio cuenta del ascenso de esas personas armadas en Chilpancingo y así lo avisó a sus jefes de Guerreros Unidos. Ella decidió bajarse de la unidad. Esos individuos armados también fueron detectados por los Guerreros Unidos, lo que contribuyó al convencimiento de El Patrón para dar el “cambio de orden” en contra de los normalistas, entre los que estaban los vinculados a Los Rojos, y en contra de los sujetos armados.
La hipótesis es que este “cambio de orden” tuvo implicaciones en el destino final de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El día de ayer familiares y estudiantes se manifestaron frente a la Fiscalía General de la República, y encabezados por el abogado Vidulfo Rosales, y el vocero de los padres, Felipe de la Cruz, exigieron al fiscal general Alejandro Gertz Manero la detención del exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón de Lucio.
Con información de Excélsior.