Joe Biden se impuso en la primaria de Alabama por lo que suma varios triunfos en el sur de los Estados Unidos como estados de Virginia y Carolina del Norte, de acuerdo con proyecciones de medios en lo que es una jornada importante en las internas demócratas.
De acuerdo con las primeras encuestas de salida, Biden se habría llevado la delantera en cinco estado y Sanders en dos.
De cara al Súper Martes, el exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden se levantó en Carolina del Sur de tres grandes derrotas en las asambleas electorales de New Hampshire, Iowa y Nevada. Ahora, busca convertirse en el candidato demócrata a la presidencia con algo más que el apoyo de los simpatizantes del partido: el respaldo de los desertores.
A pesar de que el senador de Vermont Bernie Sanders cantó la victoria en semanas previas, la vuelta de tuerca es cada vez más probable desde el aplastante triunfo de Biden en las primarias del sábado, cuando además de obtener más del 50 por ciento de preferencia electoral, consiguió que el exalcalde de una ciudad de Indiana, Pete Buttigieg, y la senadora Amy Klobuchar dejaran la contienda y, lo más importante, llamaran a la unidad a favor del exvicepresidente.
Este movimiento estratégico ha cambiado el tablero y ha cerrado el proceso interno a un episodio interesante donde la votación de este martes en 14 estados definirá quién está más cerca de contender contra el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien buscará su reelección en los comicios de noviembre de 2020.
El aspirante que obtenga mil 991 delegados al final de los caucus y primarias será el “elegido” para intentar sacar a Trump de la Casa Blanca e imponer un nuevo esquema de gobierno. Hasta el momento, Sanders tiene 60 delegados, Biden queda muy cerca del puntero con 54, Buttigieg llegó a 26 antes de dejar la carrera, la senadora Elizabeth Warren quedó muy por detrás con ocho y, hasta el final, Klobuchar con apenas siete delegados.
El reposicionamiento de Biden de un tercer lugar a un segundo, próximo al primero, en los últimos días no es casualidad. Similar a la historia del candidato Sanders, su experiencia como un “político de carrera” lo respalda. Nada más y nada menos que 30 años como senador y ocho años, dos periodos presidenciales, como mano derecha del expresidente Barack Obama, al frente de la vicepresidencia.
El demócrata de 77 años tiene detrás de sí el apoyo de una trayectoria política donde acompañó a uno de los ahora expresidentes mejor evaluados de Estados Unidos, según destacó CNN, Barack Obama, quien cerró su segundo periodo presidencial con poco más del 60 por ciento de aprobación.
El canal latino de noticias estadounidense Telemundo narra la manera en que Biden comenzó desde abajo y lejos de la vida pública en Scranton, Pensylvania, a poco más de 400 kilómetros de la Casa Blanca, donde su padre era vendedor de automóviles.
El histórico de resultados electorales en el territorio estadounidense destaca que la tierra natal de Biden dejó de lado a los demócratas y se inclinó por la candidatura republicana de Donald Trump en el proceso electoral anterior.
Ahora, Biden busca abrirse el camino por sí mismo, con el apoyo de quienes quedaron bien en el pasado, pero con su propia trayectoria como carta de presentación. Quiere derrotar al candidato que mira al pueblo estadounidense para buscar su voto. Mientras tanto, Biden cierra filas al interior y entre los aspirantes para rebasar a Sanders en el número de delegados. Buscan distintos tipos de unidad.
Según la página oficial de su campaña, el exvicepresidente quiere “reconstruir la columna vertebral del país: la clase media” y quitar del poder a quienes observan y trabajan con la “mano invisible” de Wall Street, porque, según sus principios, “ellos no construyeron Estados Unidos”.
Con una amplia agenda con la clase media como público de su campaña, el aspirante a la candidatura demócrata ha priorizado los temas de medio ambiente, educación, prestaciones para los trabajadores y, el más polémico, la cobertura del sistema de salud, ¿regresará el Obamacare a sus viejos términos? Es la interrogante en la mesa de muchos que no imaginan aún a Biden sin la imagen del expresidente a su lado.
“No lo voy a dulcificar. Fue un golpe en el estómago", reconoció Biden, en sus derrotas previas al gran triunfo de Carolina del Sur. Parecía que el juicio político “impeachment” contra Trump, donde su nombre fue mencionado (y manchado) varias veces con la posible nube de la corrupción, había dañado sus aspiraciones sin retorno.
No obstante, Biden se levanta con oleadas de respaldo entre lo que los medios estadounidenses llaman el “establishment” o los grupos de mayor capital político al interior del Partido Demócrata en este momento.
Hasta este Súper Martes, el exvicepresidente es el “elegido” no sólo por su propuesta como aspirante con experiencia, sino también como el candidato que podría frenar el tsunami político “progresista” y con un corte económico “socialista” que Sanders representa y al que tanto teme la élite política de una potencia mundial cuyos cimientos están construidos en el modelo económico capitalista.