Hay una situación de seguridad volátil y amenaza de terrorismo en la región, además de que los ciudadanos canadienses-iraníes tienen el riego de ser interrogados o arrestados de manera arbitraria, señaló la alerta del gobierno canadiense.
Explicó que Irán no reconoce la doble nacionalidad, y Ottawa no tendría acceso consular a los ciudadanos con esa condición que fueran arrestados, por lo que se debe evaluar con cuidado un viaje al país islámico, citó la Canadian Broadcasting Corporation (CBC).
Por su parte el ministro canadiense de Asuntos Exteriores, François-Philippe Champagne, presentó sus condolencias a los familiares de los 63 conciudadanos a bordo del vuelo 752, que la madrugada de este miércoles se estrelló tras despegar de Teherán.
Entre los 167 pasajeros del Boeing 737-800 accidentado y que era operado por nueve tripulantes, se encontraban 63 canadienses, 82 iraníes, 11 ucranianos, 10 suecos, cuatro afganos, tres alemanes y tres británicos, según informó la cancillería ucraniana.
Payman Parseyan, miembro de la comunidad iraní-canadiense, aseguró que muchos de los canadienses fallecidos provenían de la ciudad de Edmonton, capital de la provincia de Alberta.
El Boeing 737-800 fue construido en 2016 y su último mantenimiento se realizó el lunes, informó UIA, que añadió el aviso de que estaban suspendidas sus operaciones a Teherán de manera indefinida.
En un principio hubo temor de que el percance estuviera ligado al conflicto entre Irán y Estados Unidos, pues se produjo minutos después del ataque iraní con misiles a una base militar estadunidense en Irak, lo que hasta ahora ha quedado descartado.
Pero cualquiera que sea la causa, se trata de algo devastador. Amor a sus familiares, amigos y comunidades de origen, todos alcanzados por la tragedia, dijo el parlamentario Jagmeet Singh antes de agregar que cualquiera que sean las causas, las familias merecen respuestas.
