Indicó que en el país se presentan alrededor de tres mil casos anuales en población juvenil y que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en México son en promedio 10 años más jóvenes que las que reciben esta misma noticia en Canadá y Estados Unidos.
Al respecto, refirió que estudios realizados en el Instituto Nacional de Cancerología muestran que las mujeres jóvenes presentan mayor retraso en el diagnóstico en comparación con las mujeres mayores de 40 años, lo que se explica por la falta de sospecha de cáncer en el primer servicio de salud consultado.
La especialista destacó que, en las mujeres jóvenes, los antecedentes familiares de cáncer son el factor de riesgo más importante, por lo que en estos casos el “diagnóstico genético permite tomar decisiones informadas sobre el seguimiento y tratamiento” y también “posibilita la identificación de familiares portadores de la mutación para tomar medidas de prevención primaria”.
Flores Ramos recomendó acompañamiento psico-oncológico para estas pacientes, quienes suelen experimentar angustia y depresión, asociados con las intervenciones oncológicas, con la amenaza continua de recurrencia de la enfermedad y de muerte y particularmente con la vulnerabilidad que sienten al ser diagnosticadas en una etapa donde están consolidando proyectos profesionales, personales y familiares.
“La creciente incidencia y mortalidad de cáncer de mama entre las mujeres latinoamericanas jóvenes es un llamado a la acción de programas nacionales enfocados en la lucha contra el cáncer de mama. Además, se deben implementar unidades especializadas para brindar una mejor atención a este grupo de mujeres altamente vulnerable”, apuntó la investigadora.
Con información de Notimex.