Autoridades de Texas ejecutaron por medio de una inyección letal a Abel Revill Ochoa, un mexicano que fue declarado culpable de asesinar a su esposa junto a sus dos hijas, uno de sus cuñados y su suegro en Dallas.
Durante su juicio, el mexicano argumentó que estaba poseído por el diablo al momento de cometer los crímenes.
El crimen se realizó el pasado 4 de agosto de 2002 cuando Abel asesinó a las cinco personas dentro de una casa en Dallas.
Abel fue detenido por las autoridades cuando intentaba sacar dinero de una de las cuentas de su esposa, después de varios años de juicio un tribunal lo condenó a la pena de muerte por inyección letal.