Como muestra de los altos niveles de violencia y estigmatización por motivos de género que sufren las niñas en México, actualmente 32.8 por ciento de las adolescentes de entre 15 y 17 años han sufrido alguna forma de violencia sexual en el ámbito comunitario, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En el marco del Día Internacional de la Niña, que se celebra el 11 de octubre, la Unicef señaló que las niñas tienen menor acceso a la educación, menores oportunidades, recursos e ingresos.
La organización indicó que existen 101 mil niñas y adolescentes fuera de la escuela a nivel secundaria, y a nivel superior se agrava la situación con un millón 152 mil adolescentes sin cursar dicho nivel educativo.
Alertó además sobre el estigma social que sufren alrededor de la menstruación, pues 43 por ciento de las niñas y adolescentes mexicanas prefieren permanecer en sus casas y evitar sus actividades en las instituciones educativas por la falta de instalaciones y material sanitario adecuado.
Del total de las personas de entre 0 a 17 años que actualmente se encuentran desaparecidas, la mitad son adolescentes del género femenino de entre los 12 y 17 años.
Ante este panorama, la Unicef destacó que el Día Internacional de la Niña representa una oportunidad para remarcar el esfuerzo necesario entre gobiernos, comunidades, empresas e instituciones para garantizar que las menores ejerzan plenamente sus derechos.
La juventud de América Latina y el Caribe cerró filas y propuso “1,000 acciones para el cambio”, una serie de medidas urgentes para combatir la crisis climática en la región, donde más de 63 millones de menores han sido afectados por un evento climático extremo por los últimos 30 años.
Unos 70 jóvenes formaron parte de la Conferencia Local de la Juventud (LCOY): “Juventudes y Cambio Climático”, celebrada en Costa Rica como un evento previo a la reunión Preparatoria de la Conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (PreCOP25).
Además participaron virtualmente unos 500 jóvenes a fin de externar sus propuestas y formar parte de “1,000 acciones para el cambio”, destinadas a buscar soluciones ante el cambio climático en la región, en coordinación con organizaciones como la UNICEF y la CEPAL.
Entre sus demandas figura que las políticas climáticas deben proporcionar medidas de mitigación y adaptación urgentes y ambiciosas, alineadas con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a no más de 1.5°C por arriba de los niveles preindustriales.
Asimismo pidieron que los niños, adolescentes y jóvenes deben considerarse una prioridad en las políticas climáticas en todos los niveles, reconociendo sus necesidades específicas, vulnerabilidades, derechos y liderazgo. En particular, los niños más marginados y vulnerables deben ser priorizados.
También señalaron que la formulación de políticas climáticas debe ser informada y comprometida con la consulta de niños, adolescentes y jóvenes en todas las etapas, incluida la planificación, implementación, monitoreo y evaluación.
La vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell Barr, señaló que el país se compromete con los jóvenes y lanzó un llamado a otras naciones para que se unan a la causa, sobre todo en la búsqueda de soluciones orientadas a los niños.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), con base en datos de alcance mundial sobre eventos de emergencia (EM-DAT), estima que más de 63 millones de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe has sido afectados por un evento climático o un desastre climático por los últimos 30 años.
Además aproximadamente 2.1 millones de niños y niñas se ven afectados cada año.