Fue en el 20 de octubre de 2015 cuando se encontraron restos óseos en el río San Juan, los cuales pertenecían a Alexander Mora Venacio y Joshivani Guerrero, dos de los normalistas de Ayotzinapa.
Respecto al caso ha habido mucha incertidumbre, ya que no se sabe a ciencia cierta qué fue lo que sucedió aquella noche de Iguala, además la “Verdad Histórica” no fue aceptada por los padres de los desaparecidos.
Por su parte el Equipo Argentino de Antropología Forense, EAAF, realizaba peritajes en el área, cuestionando sobre la procedencia de la bolsa donde se encontraban los resotos. Mercedes Doretti, antropóloga del equipo, señaló que cuando llegaron al río, elementos de la entonces Procuraduría General de la República abrió una bolsa que supuestamente acababan de encontrar, y ya tenían los restos esparcidos sobre una lona.
Doretti aseguró desconocía el origen de la bolsa, asimismo, resaltó que algunos restos eran de mayor tamaño que la mayoría de los que se habían hallado en el basurero de Cocula.
Algunos de los restos fueron enviados a la Universidad de Innsbruck, donde posteriormente informó que uno de ellos correspondía a Alexander Mora Venacio, mientras que de otro normalista no podían asegurar al cien por ciento su identidad.
De acuerdo con las versiones oficiales durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, los estudiantes fueron secuestrados, asesinados y calcinados por un grupo criminal, presuntamente los hechos ocurrieron en el basurero de Colula.
Aseguraban que los restos habían sido tiradas en bolsas negros al río San Juan, no obstante, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), al llegar al lugar desmintieron esa versión, asegurando que los hechos no habían ocurrido ahí.
Con información de Infobae.