El académico de la licenciatura en psicología de la Universidad del Valle de México (UVM), Hugo Gómez, señaló que un evento traumático –por ejemplo, un asalto- puede ser causa de síndrome de estrés postraumático que se diagnostica seis meses después del suceso.
Los síntomas son principalmente miedo, ansiedad, depresión y secuelas que tienen que ver con las características del evento al que se estuvo expuesto. “Por ejemplo, si la víctima sufrió robo en transporte público, puede mostrar temor al abordar nuevamente un colectivo o a salir de su casa”.
El psicólogo resaltó que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud OMS), por cada víctima de violencia que tiene una secuela física, hay otras 40 personas que sufren afectaciones a la salud mental muchas de ellas, incapacitantes, para desempeñar actividades laborales y académicas.
En México, dijo, los jóvenes representan 30 por ciento de la población y son quienes se convertirán en tomadores de decisiones en el país, de ahí la relevancia de establecer medidas de prevención al problema de violencia y los efectos que ocasiona.
Ante esto, el especialista recomendó que los padres de familia se enfoquen en una crianza positiva, que consiste en interacción con los hijos, inculcar valores, mantener una comunicación abierta, así como tener y mantener su confianza. “Lo que soy como niño es el reflejo de lo que veo en casa, pero también de lo que ve en mi entorno”.
Además, advirtió que mientras más situaciones de violencia vive una persona más posibilidades tiene de ser victimario. “La violencia siempre escala, si no hacemos algo por detenerla, siempre va a aumentar, lo cual es una realidad que hemos visto en los últimos años”, finalizó.
Con información de Notimex.
