Explicó que conoció a su esposo Roberto Cioni en León, Guanajuato, cuando ella era madre soltera de su primera hija.
“Él se hizo presentar como un hombre ideal. Me pide irme a vivir a Italia, me voy embarazada de mi hijo Massimo. Era abogado de profesión, tiene conocidos y estaba tratando de hacer negocios en México”.
Luego de aceptar dejar México e irse a vivir a una pequeña cuidad en Italia, ella se da cuenta que su pareja pertenece a diferentes grupos sexuales, tras ver esto, le pide regresar a su país, él se niega y comienza la violencia física y amenazas de muerte.
“A las 3 semanas me doy cuenta en su computadora que él es parte de grupos activos de situaciones sexuales perversas. Yo como madre me dio muchísimo miedo por mi hijo, le pido que me deje regresarme, se negó y a la siguiente semana quería que participara en esos grupos sexuales estando embarazada. Me negué y comenzó la violencia física”.
Ante la negativa de su pareja para que ella se pudiera regresar a México, se casó con él en África para tratar de garantizar una familia y una seguridad para ella y sus hijos.
Reiteró que desde el principio que comenzó la violencia por parte de su pareja, ella solicitó el apoyo de la embajada de México en Italia, sin embargo, nunca la apoyaron, debido a que solo podían participar como “observadores”.
“Sobreviví como se podía ante una persona psicópata. Me golpeaba con mi hijo en brazos, mi hija me auxiliaba”.
Comentó que estuvo internada a la fuerza en una clínica psiquiátrica por 19 días, su esposo la quería hacer pasar por loca, esto luego de que ella presentara una demanda de violencia intrafamiliar.
Alma Cecilia Contreras Soto regresó a México en octubre de 2019, solicitando el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para que la ayuden a repatriar a sus hijos que se quedaron en Italia.
“Estuve a escondidas hablando con mi hija, desde hace una semana está bloqueada, están en la casa de una trabajadora del servicio social. Tengo pruebas de que mi hija está viviendo un infierno”.
Por último compartió que su hija tiene 17 años y su hijo 4 años de edad.
Su todavía esposo se volvió diplomático de la Unión Europea en 2017.