Mediante una votación en Viena de la Comisión de Estupefacientes, órgano ejecutivo sobre políticas de drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de han reconocido las propiedades medicinales con las que cuenta el cannabis.

La mayoría simple de los 53 Estados de la Comisión ha optado por retirar el cannabis de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, con esto reconocen oficialmente su utilidad médica, sin embargo, su consumo recreativo continúa siendo prohibido dentro de la normativa internacional.

La lista IV está reservada para las drogas más peligrosas y bajo un control más estricto, un ejemplo de ellas es la heroína, a estas se les otorga un bajo valor médico. Sin embargo, gracias a este cambio será más fácil realizar investigaciones con cannabis, el cual ha demostrado resultados positivos en tratamientos de diversos males como párkinson, epilepsia, cáncer, esclerosis o dolor crónico. La investigación de la planta se veía limitada debido a que esta lista frenaba a muchos laboratorios gracias a sus restricciones, así como a los criterios legales que son aplicados en cada país.

En la lista I se encuentran aquellos estupefacientes que están bajo control internacional debido a su carácter adictivo pero accesibles para actividades médicas, en esta lista también se encuentra la morfina.

De acuerdo con la ONU, el cannabis es una de las drogas más populares en el mundo, se estima que aproximadamente unas 200 millones de personas la consumen. 

Cerca de 50 países han puesto en marcha programas sobre cannabis medicinal, por lo que esta decisión podrá impulsar este tipo de iniciativas.

Rusia, China, Brasil y Pakistán, fueron algunos de los que votaron en contra de esta iniciativa, consideran que el relajar el control de la planta puede enviar el mensaje equivocado, mientras tanto, Cuba y Venezuela creen que esta decisión minimiza los daños a la salud que su consumo produce, mientras tanto, Canadá, Uruguay y algunos estados de Estados Unidos ya han legalizado el consumo de la Marihuana. México, Luxemburgo e Israel se encuentran con iniciativas parecidas en curso.