Ante esto, el diario español ‘El País’ ha dado a conocer que, de acuerdo con un estudio publicado por el laboratorio de interacción humana de la Universidad de Stanford, las reuniones virtuales han resultado generar un estrés adicional pues se imposibilita poder captar el lenguaje no verbal, asimismo, los usuarios se ven expuestos a una evaluación por parte de los integrantes de las videollamadas, así como a una evaluación propia, a dicho fenómeno se le ha bautizado como “fatiga de Zoom”.
Jeremy Bailenson, autor del estudio, hace el comparativo con la incomodidad de estar en un elevador, en donde se rompe la norma del espacio personal siendo una de las reacciones naturales evitar el contacto visual.
En Zoom sucede lo contrario. En una reunión normal, independientemente de quién esté hablando, cada persona está mirando directamente a los ojos de otros”.
Asimismo, detalla que esto es como verse en un inmenso espejo lo cual puede resultar estresante, en especial en mujeres pues, según señala Bailenson, en un estudio que ha citado un grupo de mujeres ha prestado más atención al verse reflejadas en una de estas reuniones.
De igual manera existe un esfuerzo de comunicación aún mayor pues la falta de la cercanía física genera que se exagere el lenguaje no verbal como asentir con más insistencia o mirar a la cámara de manera fija, miradas las cuales son aún más complicadas de descifrar.
A pesar de la fatiga que esto puede generar, David Michael Hough, director de Educación en la compañía Elsevier, ha mencionado que esto también tiene ventajas puesto que un equipo global se puede reunir de una manera más fácil, al igual que el compartir documentos se volvió una tarea rápida, se han reducido las emisiones de carbono.
Hay más transparencia al permitirnos entrar en los hogares de otros y aumenta la empatía por las interrupciones de familiares, visitantes o el perro”.
La investigación de la Universidad de Stanford fue publicada en la revista ‘Technology, Mind and Behavior’, en la cual se espera que esta sirva como herramienta de ayuda para Zoom y sus usuarios con la finalidad de poder mejorar la interacción entre ellos, teniendo como consejos para reducir la fatiga el apagar la cámara de manera periódica si es que no se está participando y moverse un poco en el lugar donde se encuentra, así como reducir el tamaño de la ventana de Zoom o utilizar un teclado externo que permita aumentar el espacio con la pantalla.
Con información de: El País.