El 1 de diciembre de 1955, Rosa regresaba a su casa luego de una larga jornada laboral, sentada en el “área para blancos”, la mujer se negó a levantarse de su asiento, esto daría inicio a una justa revolución.
Si bien en el lugar no se obligaba a que alguien tuviera que levantarse y ceder el asiento, se había fijado como una respetada costumbre que en caso de que un afroamericano ocupara el asiento destinado para los blancos, el chofer, con poder de policía, podía hacer que estos se levantaran del asiento.
Las primeras cuatro filas de los colectivos estaban destinados para los blancos, sin embargo, esta se podía ampliar en cuanto la zona se llenaba, obligando a las personas que se encontraban atrás a abandonar su lugar.
Si bien es sabido, la comunidad afro ha sufrido un sinfín de actos que, afortunadamente, hoy ya no son comunes. En ese tiempo, si algún blanco se encontraba en el transporte, los afroamericanos tenían que subir por la puerta delantera, pagar su pasaje, descender y luego volver a subir por la puerta trasera, esto con la finalidad de que no se cruzaran con los blancos. Esta práctica llegó a convertirse en una forma de burlarse de los afroamericanos, pues era muy común ver que una vez que descendían para subir por la parte de atrás, el chofer los dejaba en la calle.
James Blake, chofer de transporte, le hizo “la broma” a Rosa Parks, este fue el mismo hombre al que Parks le dijo que no dejaría su asiento.
Rosa se sentó en el segundo asiento que no pertenecía al sector exclusivo, Blake, al ver que unos hombres blancos viajaban de pie les ordenó a las personas que se encontraban sentadas en la primera fila fuera del sector, que se levantaran.
Los tres hombres negros que se encontraban en el lugar se levantaron, sin embargo Parks se quedó sentada, volteando a ver al chofer únicamente para decirle que no, a lo que este pidió que le llamaran a la policía, quien llegó para detener a Rosa, sin embargo, fue liberada el mismo día luego de pagar fianza.
En el momento en que el chofer me hacía gestos con la mano y me ordenaba levantarme, una ola de determinación me cubrió todo el cuerpo, como una gran manta que nos envuelve en invierno”, señaló Rosa, de acuerdo con ‘Infobae’.
Rosa trabajaba en la National Association for the Advancement of the Colored People (NAACP) en donde también tuvo que lidiar con el machismo de sus superiores. La Asociación pagó su fianza, así como los gastos del juicio, el juez la condenó con 10 dólares de multa y 4 más en concepto de costas, su juicio apenas duró media hora.
Aunque Rosa no fue la primera en negarse, su caso fue el más sonado debido a las repercusiones que tuvo, puesto que al día siguiente la NAACP invitó a boicotear el transporte público, exigiendo ser tratados con cortesía, así como tener igualdad de condiciones en cuanto a asientos y que hubiera choferes negros.
La economía en el sector se resintió de manera notable pues el 75% de los usuarios eran negros, dicho boicot duró más de un año, Rosa fue arrestada por promover los incidentes y un año después de su juicio, aproximadamente, este boicot se levantó porque finalmente lograron ver un cambio.
Después de esto Rosa y su marido fueron despedidos de sus trabajos, tuvieron que mudarse de casa varias veces pues recibían constantes ataques nocturnos por parte del Ku Klux Klan.
Parks falleció en 2005 cuando tenía 92 años, se convirtió en “la Primera Dama por los Derechos Civiles”, la mujer que con decir NO se convirtió en un referente de lucha.
Información de: Infobae
Fotografías de: National Geographic