El gobierno de la Cuarta Transformación dio una conferencia de prensa 48 horas después de la tragedia migrante en Ciudad Juárez y la conclusión es muy sencilla: Todo apesta a impunidad. Hasta ayer, no había ni una sola persona detenida; murieron 39 migrantes bajo el resguardo de las autoridades, pero el director del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, sigue en el cargo, no hay ni un sólo funcionario cesado y todavía la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, tuvo cara para sostener que “la política migratoria de nuestro país es de respeto a los derechos humanos”. Lo dije ayer y hoy tengo más elementos para afirmarlo, fue el Estado.Sin embargo, en los más de 90 minutos que estuvieron ante la prensa, ambas funcionarias evadieron preguntas clave. Por ejemplo, explicar cómo fueron detenidos todos esos migrantes y por qué estaban hacinados en ese lugar; nadie respondió cuántos juegos de llaves había y quién los tenía; tampoco pudieron explicar por qué si el Presidente ya había ordenado no concesionar la seguridad de los centros de detención para migrantes, en el de Ciudad Juárez había elementos de seguridad de una empresa privada. Y cuando se le cuestionó a la secretaria de Seguridad y a la fiscal si se pondría bajo investigación a algún funcionario, sólo hicieron la promesa vacía de siempre, esa frase que ya ni siquiera tiene eco de tantas veces que se ha repetido en este gobierno: Que no habrá impunidad, es más, ninguna de las dos se atrevió a decir que se estaba evaluando la permanencia del titular del Instituto Nacional de Migración, porque ya lo sabemos, en este gobierno la ineptitud y la negligencia no pasan factura. TRAGEDIA MIGRANTE APESTA A IMPUNIDAD | EDITORIAL DE ADELA MICHA
