Los especialistas presentaron una investigación en el Nutrition 2020 Live Online donde señalaron que pese haber investigado los efectos negativos en los niños, jamás lo habían hecho con estudiantes universitarios.
Fueron analizados más de mil estudiantes varones entre los 18 y 24 años, sobre el tiempo que dedicaban a jugar videojuegos, además de su alimentación y actividad física.
Lo que concluyeron con los estudios fue que los que juegan videojuegos consumen más grasas saturadas y sodio en comparación con aquellos que no, asimismo, determinaron que comen menos frutas y verduras.
“Sabemos que los hábitos desarrollados en la adolescencia y en la edad adulta temprana pueden quedarse con las personas por el resto de sus vidas, por lo que si podemos alentar a los usuarios de videojuegos a comer más sano y hacer más ejercicio, podríamos ayudarlos a vivir más saludablemente sin renunciar por completo a los videojuegos”.