La extorsión se incrementó 63 por ciento; el narcomenudeo, 28 por ciento; violencia familiar, 24 por ciento; feminicidio, 18 por ciento; robo a negocio, 17 por ciento; homicidio, 16 por ciento; violación, 10 por ciento, y robo de vehículo un punto porcentual.
Las cifras, comparadas con el mismo periodo de 2018, muestran que la incidencia de ocho delitos subió pero disminuyó en tres; la baja fue en secuestro, menos 30 por ciento; lesiones dolosas, menos ocho por ciento; y robo a casa, con decremento de seis por ciento.
En este periodo se reportan mil 102 casos de homicidio, con tendencia a la baja y a punto de entrar a la zona de amarillos en el Semáforo Delictivo. La tasa de homicidio en estos nueve meses del año es de 12.5 homicidios por cada 100 mil habitantes, por debajo de la tasa nacional de 17.9.
“La reducción en homicidios es alentadora, pero aún tendríamos que ver que la tendencia continúe y salga finalmente de los rojos. Lo mismo para secuestro: Nos gusta que se haya reducido en buena proporción, pero continúa en rojos”, comentó Roel.
Adicionalmente, el incremento en extorsión y narcomenudeo en el año muestra que el crimen organizado sigue peleando la plaza en algunas zonas de la ciudad. Mientras el gobierno federal no regule drogas será muy difícil combatir esto de raíz”, puntualizó y añadió que “es lo mismo que sucede en estados como Jalisco, Guanajuato, Nuevo León o Quintana Roo.
“Hay otros delitos patrimoniales que muestran tendencia a la baja, como robo a casa y robo a negocio, lo que significa que la estrategia va en el sentido correcto, pero todavía falta un buen trecho para meterla a la zona de amarillos y luego a verdes”, concluyó.
Con información de Notimex.