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Esta es la razón por la que el papa despreció a los feligreses en Loreto
Por 28 marzo 2019
Luego de que se hiciera viral un video en el que se puede ver al papa Francisco, evitar constantemente besos en la argolla que porta en su mano derecha, el Vaticano ya ha salido a dar una explicación.
¿Por qué el papa evita besos?
Ante las duras críticas de la comunidad católica y de otros grupos, por las imágenes en las que se ve al apóstol de Roma esquivar determinadamente a los fieles que pretender besar el anillo, el Vaticano ha dicho que es por un bien común.
Para evitar contagios
Según los argumentos del Vaticano, la actitud del pontífice se debe a cuestiones de higiene y para evitar el contagio de gérmenes entre los fieles.
"El papa me dijo que la razón por la que no permitió los besos al anillo en Loreto era la higiene, no por él, sino para evitar el contagio de gérmenes entre la gente que hacía filas", declaró Alessandro Gisotti, director de la oficina de prensa del Vaticano.
Al papa le gusta que lo abracen
De acuerdo con el director de la oficina de prensa, al papa le gusta abrazar, ser abrazado y estar cerca de las personas, sin embargo, en esta ocasión temía por “
que todos se enfermaran”.
https://twitter.com/CatholicSat/status/1110216790985113600
Las reacciones
Lo que más llamó la atención en el video del papa, fue la brusquedad con la que retiraba la mano a los fieles que pretendían besar la joya, pues sus movimientos son muy rudos y no se aprecia que haya avisado sobre la posible propagación de gérmenes.
Cabe destacar que el papa argentino se ha caracterizado por salirse de los protocolos y evitar las viejas formalidades.
Ya lo permitió
Luego de estas críticas el papa ya permitió besos en la joya, en la plaza de San Pedro, dejó que algunas religiosas hicieran esta muestra de respeto.
https://twitter.com/ImagenTVMex/status/1111150152255975424
¿Qué anillo es?
Cabe destacar que el anillo que el papa Francisco porta no es el ‘del pescador’, que los sucesores de Pedro suelen llevar como símbolo del poder papal. Se trata del anillo que recibió durante su ordenación episcopal en 1992 en Buenos Aires.