Marcelo Ebrard aseguró que esta negociación se trató del momento más tenso y difícil que ha vivido el gobierno de López Obrador con el equipo gubernamental de Estados Unidos representados por Donald Trump.
Durante la mañanera, Marcelo Ebrard, canciller mexicano, aseguró que las esferas económicas y políticas ya fueron separadas durante la reunión con el vicepresidente norteamericano, pero todo va viento en popa.
"Lo que ocurrió es que la relación comercial y económica se subordino a la diferencia sobre el tema migratorio, eso no había ocurrido. Un objetivo primordial fue volver a separar las dos esferas, que la esfera comercial siga su camino y la migratoria siga el suyo, como estábamos antes de la semana pasada".
Además, estimaron que una guerra económica y comercial con Estados Unidos hubiera aumentado el IVA 10%, se hubieran perdido cerca de 1 millón 200 mil empleos y una caída del PIB de mas de un punto, según explicó el canciller.
El acuerdo inicial fue que México firmara un acuerdo para convertirse en el primer país de asilo o el tercer país seguro. Esto significa que quienes atraviesen el continente no podrían llegar a Estados Unidos a pedir asilo, tendrían que hacerlo en México.
Al final, la primera medida fue enviar a la Guardia Nacional mexicana a la frontera sur, pero descartó que se militarice la frontera con objetivos meramente políticos. Además trabajarán en conjunto con el Instituto de Migración para que se registren las personas que entren al país, además de darles opciones a su caso.
La segunda medida, impuesta por Estados Unidos, pondrán en México a varias personas, 10 mil hasta el momento, para que terminen su proceso de asilo, pues el vecino del norte está saturado.
Si estas medidas no tienen éxito, ambas naciones van a reunirse con los gobiernos de Panamá, Guatemala y Brasil, además de otros países, para que en conjunto busquen llegar a un acuerdo a través de un modelo regional. La evaluación de éxito se realizará en 45 días.