Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró que su gobierno sólo ordenaría investigaciones contra exmandatarios si en una consulta popular la gente así lo pidiera, pero aclaró que él votaría por poner punto final al tema porque no quiere “empantanarse”.
En su conferencia de prensa matutina, aseguró que está concentrado en sentar las bases para la transformación del país y por eso no le da tanta importancia al tema.
López Obrador rechazó que exista una investigación contra su antecesor, Enrique Peña Nieto, y subrayó que “la postura nuestra es la que he expresado en varias ocasiones: nosotros no vamos a iniciar ninguna investigación a expresidentes”.
Aclaró que “nosotros no vamos a iniciar ninguna investigación contra expresidentes, sólo en el caso de que se lleve a cabo una consulta -eso fue lo que planteé- y que lo soliciten los ciudadanos".
Mi postura fue desde el principio que se actúe pensando hacia adelante, que pongamos un punto final a la noche obscura del neoliberalismo y que pensemos hacia adelante, expresó.
El Ejecutivo federal refirió que en su gobierno se habla sin censura ni cortapisas, “y así son nuestras reuniones y los actos en el gobierno”.
Durante la rueda de prensa, López Obrador mostró a los medios de comunicación el aparato de espionaje que encontró en un salón de Palacio Nacional, donde se recibe a empresarios y gobernadores.
Resaltó que pugnará porque desaparezcan los fueros, empezando por el del Presidente de la República, y que se reforme también el artículo 35 constitucional para quitar las trabas.
"Todo eso que fue una farsa de poner en la Constitución lo de la consulta ciudadana con una serie de candados para que nunca realmente los ciudadanos puedan decidir o llevar a la práctica la democracia participativa", concluyó.