Gracias Alfonso, por tu trabajo y el de ese ejército que te respaldó, por creer y demostrarnos que todas las historias deben de ser contadas.
Por llevar a algunos al pasado y por mostrarlo a otros, por escribir, retratar, producir y dirigir lo que se ha convertido en in ícono del cine mexicano.
Por fin, una película en tu país, que representa lo que eres y lo que te formó te da lo que mereces; un reconocimiento del mismo tamaño que tú: enorme.
Este Oscar, es la cereza del pastel, ya alzaste muchos premios por Roma, el mundo se rindió a tus pies y en este momento subiste el último escalón de la cima de ROMA.
Nos llevaste a lo más alto y lo justo es que te lo reconozcamos y gocemos a tu lado.
Este es el quinto galardón para México en esta categoría en los últimos 6 años y estamos seguros de que van a ser más, pues tu generación ya nos enseñó que podemos llegar ahí.
Estamos de fiesta, por Roma, por ti y por el México que a pesar del pasado que duele, sigue de pie y con la mira fija en lograr el reconocimiento que nos merecemos, porque grandes como tú somos todos.