Mariana Pérez, una niña de siete años, murió en el hospital infantil de México por la falta de medicinas para pacientes con cáncer, aunque los doctores declaran que no se puede comprobar que haya Sido culpa del desabasto.
“Yo siento que si hubiera recibido las vacunas como deben tal vez su sistema hubiera estado reforzado, pero fueron tres semanas de medicamento que Mariana no recibió", relató su madre a Excélsior.
“La metieron a otro tratamiento que se llama la timoglobulina, fue un segundo tratamiento, se la aplicaron, pero ya como mi hija no tenía muchas defensas salió muy débil de su tratamiento y pues a las dos semanas que salió de su tratamiento, se enfermo de su estómago y falleció", añadió.
Sus conclusiones contrastan con la opinión de Luis Juárez, jefe del departamento de Hematoncología del HIMFG. El médico asegura que no se puede atribuir la muerte de Mariana al desabasto, pues es algo que no se puede probar y no influyó de manera determinante.
"La mortalidad que vemos nosotros en los niños con cáncer en la actualidad está más relacionada a procesos infecciosos y no propiamente a la enfermedad", fue la respuesta que dio el doctor en una pregunta expresa sobre el caso de Mariana durante el posicionamiento del HIMFG el 27 de agosto, en torno al desabasto de medicamentos, en específico el del metotrexato que derivo en la manifestación del 26 de agosto en la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Filgrastim fue el medicamento que Mariana dejó de recibir para tratar su anemia aplásica, un síndrome preleucémico.
“Ese medicamento era vital, porque estimula las defensas, mi hija, como su médula ósea no funcionaba, sus defensas no trabajaban normal, entonces tenían que inyectarla de dos a tres veces por semana”, explicó Judith en la entrevista exclusiva que dio para Imagen Noticias con Yuriria Sierra.