Tras una reunión de cancilleres realizada en Perú, los miembros del Grupo de Lima, que incluye a 14 países entre ellos Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Perú, instaron al presidente venezolano Nicolás Maduro a no volver a asumir el cargo este mes.
Sin embargo, México, que también pertenece a este grupo, optó por no unirse a los demás países de la región en esta declaración, es la primera ocasión que esto ocurre.
El resto de los integrantes del Grupo de Lima dijeron que no reconocerían el nuevo mandato de Maduro, que iniciará el 10 de enero, porque la elección del año pasado fue "ilegítima".
México, que fue alguna vez uno de los críticos más directos de Maduro, señaló que prefiere mantener abiertos sus canales diplomáticos con Caracas para ayudar a encontrar una solución a la crisis política de ese país.
México pide al Grupo de Lima no interferir en los asuntos venezolanos.
El subsecretario de Relaciones Exteriores de México para América Latina y El Caribe, Maximiliano Reyes, pidió a las naciones involucradas reflexionar sobre las consecuencias que tendría para los venezolanos tomar medidas que busquen tener injerencia en asuntos internos que entorpezcan el diálogo entre los actores involucrados y la comunidad internacional.
Solicitó, mejor, apoyar iniciativas que lleven a un diálogo pacífico y con la participación de los actores involucrados.
“México considera que la vía más efectiva para alcanzar los objetivos por los que se creó este Grupo, es mediante iniciativas de mediación y de diálogo, no de aislamiento”.
“El gobierno de México, en fiel seguimiento a sus principios constitucionales de política exterior, se abstendrá de emitir cualquier tipo de pronunciamiento respecto a la legitimidad del gobierno venezolano”.
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