En el Salón Tesorería del Palacio Nacional, y ante organismos de la sociedad civil y los representantes del Congreso de la Unión, el presidente Andrés Manuel López Obrador instaló el Consejo Nacional de Seguridad Pública, donde ofreció una comunicación abierta y franca a los gobernadores y se comprometió a que su gobierno no impondrá absolutamente nada.
"Voy a tener con ustedes gobernadores una comunicación permanente, abierta y franca, cada vez que sea necesario vamos a hablar, vamos a comunicarnos, vamos a intercambiar puntos de vista, siendo respetuosos de la soberanía de los estados y de la libertad. No vamos a imponer absolutamente nada", dijo.
También agradeció el acompañamiento de los Mandatarios en las acciones de combate al robo de combustible y advirtió que no está dispuesto a convertirse en cómplice de ese delito y de los actos de corrupción que conlleva.
"Tenía que convertirme, desde los primeros días, en cómplice de la corrupción, el estar recibiendo reportes de cuánto se robaban diariamente de combustible, porque este asunto se viene presentando desde hace muchos años y ya era costumbre, había omisión, en el mejor de los casos", denunció.
El presidente ofreció un breve mensaje de aproximadamente 10 minutos y se retiró del salón Tesorería de Palacio Nacional para dejar que el secretario de Seguriad, Alfonso Durazo, continuara con el orden del día en la tercera sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad.
Durazo dijo que el objetivo de este Consejo es que sus integrantes operen como parte de un todo y garanticen la paz de los mexicanos.
Entre los acuerdos que fueron alcanzados están la capacitación, profesionalización y certificación de policías y fortalecimiento de unidades de inteligencia en los estados.
Agregó que la sociedad mexicana está profundamente lastimada por la violencia; la vida de los ciudadanos está impactada por los delitos del orden común y enfatizó que la respuesta para combatirlos ha sido insuficiente.
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