El Knotfest México 2019 terminó en múltiples incendios, la intromisión de público en el escenario para quemarlo todo, asaltos a mano armado, portazos, así como la cancelación de los actos principales a cargo de Evanescence y Slipknot.
Pero ustedes se preguntarán, ¿cómo llegamos ahí? Bueno, yo soy Gustavo Azem y esta es mi historia...
Minutos después del mediodía del sábado 30 de noviembre de 2019 tenía que arrancar el festival de metal más polémico de los últimos años. Así fue. KnotFest arrancó, pero la mayoría del público todavía estaba en la calle, esperando a entrar, parados bajo el sol en una fila kilométrica.
Afuera del Deportivo Oceanía, criticado por la mayoría de los asistentes por las irregularidades en terreo y estructura, se montaron diferentes puestos de mercancía NO OFICIAL de todo tipo. Desde playeras, hasta pines, encendedores, espejos, plumas o cualquier 'madrola' que imagines. Hasta brochetas, papas a la francesa o tacos. Todo de muerte lenta.
Adentro la comida estuvo un poquito más fifí. Había una zona donde podías comer bien a gusto tus platillos intento de gourmet, así como pequeños kioskos de botanas para ir picando de escenario en escenario; ¿lo complicado? Las grandes filas. Al llegar el tiempo de espera era de hasta 10 minutos para comprar cerveza. A las 4 de la tarde tuve que aguardar 30 minutos y para las 6:00 PM, mi espera se prolongo 35 minutos. La chela 120.00 pesos doble y 170.00 con tu vaso conmemorativo.
Llegó el momento de darle a las bandas. Yo inicié con Carajo en el escenario Main Stage. El más grande. El principal. Desde las cuatro de la tarde, la gente ya comenzaba a reunirse en el puente elevado a las afueras del inmueble. Sí, se veía mucho mejor que desde la zona general. Sin tanto apretujo de la zona preferente. Lamentable que no se haya hecho un esfuerzo por tapar la vista, por puro respeto a quienes pagaron su boleto.
El sonido fue pulcro. Ni la banda ni los pocos asistentes que llegaron tuvieron quejas. El set de los argentinos estuvo compuesto de puro gran éxito. 'Luna Herida', 'Chico Granada' y 'Sacate a la mierda' fueron algunas de las rolas que más gargantas destruyeron. Un power trío de gran calidad que puso bien caliente el escenario.
El escenario Monster era chiquito, pero se mantuvo picoso la mayor parte del día. Las Poker, desde Colombia, iniciaron las hostilidades por la tarde. Canciones como 'Vomithrash', 'Sombras' o 'DWYTIR' provocaron unos moshpit chidotes. Tienen mucha energía thrashera en su interior y manejan a la perfección sus instrumentos, sin olvidar el increíble dominio del escenario que mostraron. Lástima que muchísimos hombres no dejaban de gritarles obscenidades, les chiflaban o lanzaban comentarios incómodos. Pésimas actitudes. Sin embargo; el trío mantuvo el profesionalismo en todo momento.
Más tarde en ese mismo escenario le dieron los integrantes 8 Kalacas con su característico Ska Core. La conexión de los californianos con el público mexicano no tiene comparación. Los fanáticos les exigen que bajen con ellos a cantar, mientras los integrantes se dejan querer.
The Bronx tuvo la mala suerte de toparse por un lado con Papa Roach y por el otro con Stratovarius. Cuando iniciaron su presentación no había ni 100 personas, pero al finalizar ya podían verse varios grupos de fanáticos del punk haciendo desmadre a ritmo de 'Heart Attack American', 'Knifeman' o 'Around the Horn'.
La recta final estuvo a cargo de Suicidal Tendencies con una energía bárbara que se contagió al público, quienes estuvieron apunto de tumbar la valla que los dividía del escenario, a base de puro putazo seco. Los miembros de seguridad tuvieron que intervenir como contrapeso para que siguiera en pie la estructura metálica. 'You Can't Bring Me Down', 'How Will I Laugh Tomorrow' y 'Subliminal' fueron algunos de los temas que aventaron.
Para cerrar aparecieron los integrantes de 311 desde California. El rock del quinteto logró convocar a unos 500 fanáticos que los esperaban de regreso con una sonrisa en el rostro y muchísimas ganas de tirar temas como 'Homebrew', 'Come original', 'Too late' o 'Down'. Los ánimos de la banda estaban a tope, entre tanto salto, baile y contoneo, fue difícil seguirles el paso, ya todos estábamos muertísimos.
Tremenda banda Nothing More. Lo suyo está en otro nivel. La energía dentro de sus cuerpos es interminable y la maestría de su ensamble pusieron a tope el escenario más hardcore del día. La banda tuvo bastantes fallas en el sonido local, se les notaba incómodos, molestos y daban indicaciones para nivelar volúmenes a cada rato. Finalmente fueron cortados sin previo aviso, abandonaron el escenario sin explicación. 'Let 'em burn', 'Don't Stop', 'DYRWI' y 'Jenny' alcanzaron a sonar.
Papa Roach saltó al escenario sin mayores contratiempos. Varios asistentes con quienes platiqué, así como reportes en las redes sociales, aseguran que durante la presentación de los punkrockers hubo un portazo, lo que provocó el sobrecupo en el público de los californianos. De 'Who do you trust?' y hasta 'Last resort', pasando por 'Renegade', 'Come around', 'Elevate' y 'Scars', entre otras, desfilaron sin fallas.
Una de las bandas más esperadas de la noche era, sin dudas, Bullet For My Valentine, quienes arribaron a la capital mexicana lejos de todo problema en sonido, horario y convocatoria. Aquello se notaba monstruosamente atascado. No era para menos, pues los galeses liderados por Matthew Tuck son unas máquinas programadas desde su nacimiento para el rock n roll. Doce canciones fueron suficiente paar dejarnos picadísimos, a la espera de verlos de vuelta, en algo, tal vez, un poco más íntimo. 'Don't need you', 'Piece of me', 'Venom', Hand of blood' y 'Tears don't fall' entre lo más destacado de su participación.
Al final tuvimos a Godsmack, banda estadounidense de Heavy Metal que visitó por vez primera la Ciudad de México y con un éxito bárbaro. Su convocatoria no tuvo nada que ver con el retraso del escenario principal, ni el cierre de shows en las demás tarimas. Desde varias horas antes pudimos ver a los fanáticos con sus playeras de la banda intentando llegar hasta el frente para verlos a detalle. Llegada la hora el escenario seguía a reventar. Por los costados había bastante espacio, pero la vista era limitada y las grúas con cámaras de video estorbaban un poco más.
Sully Serna y compañía no la hicieron de tos para iniciar cuanto antes el setlist compuesto de trece rolitas. 'When Legends Rise' inició las hostilidades y 'I Satand Alone' finalizó e desmadre. 'Awake', 'Voodoo', 'Bulletproof', entre otras, estuvieron en el medio.
Hasta el turno de Behemoth, la mayoría de los asistentes pensaba que las actividades musicales terminarían tal y como estaba planeado. Los polacos intérpretes de un tremendo death metal salieron al escenario sin contratiempos, a pesar de las fallas de audio que más tarde describiría su líder a través de las redes sociales.
El show estuvo cabrón, lleno de emociones, de fuego, de una técnica brutal en los instrumentos, aunque de mucho aplastamiento, atascadero y la invasión de a zona preferente por el vencimiento de una de las vallas de metal que separaban al público. 'Wolves ov Siberia', 'Ora pro nobis lucifer', 'Conquer all', entre otras, sirbieron de entretenimiento para un público que comenzaba a sufrir los estragos del cansancio y del atascadero. Al mismo tiempo, las vallas trataban de ser reparadas.
Siguió el show burlesque a cargo de Cherry Bombs Performance, quienes no tenían un horario establecido y terminaron su participación 9 minutos antes de que Evanescence subiera. Para empezar, el tiempo que les dieron para montaje fue ridículo, por lo que un atraso de por lo menos 20 minutos ya se veía venir.
Lamentablemente pasaron los minutos y se convirtieron en horas. En las redes sociales los músicos de la banda postearon que todavía estaban a la espera de que las vallas fueran reparadas para iniciar con su show.
Tres horas más tarde la gente ya no sólo estaba saltando hacia la zona preferente, también comenzaron a romper todo lo que estaba su paso y decidieron incendiar todo lo que encontraban a su paso para iniciar fogatas.
Para la madrugada del domingo se hizo público que Evanescence ya no saldría al escenario y Slipknot, probablemente, tocaría en el Force Fest para complacer a todos los fanáticos que los esperaban. Esto, sin embargo, jamás apareció en las pantallas del escenario, mucho menos alguien salió a tomar el micrófono para informar la verdad.
El silencio de los organizadores prolongó la espera hasta las 3 de la madrugada, horario en que los últimos asistentes abandonaban las cenizas de la frustración, la decepción y el odio colectivo por un posible fraude.
Algunas personas subieron al escenario, tomaron los instrumentos ya montados de Evanescence y los incineraron sin tentarse el corazón. Sin pensar en quién pagaría por los destrozos, ni en las consecuencias de tomar propiedad privada.
Evanescence canceló su presentación definitivamente a través de un video en el que expresaron sus razones para irse del país sin tocar, no sin antes disculparse con la audiencia. Los miembros de la banda, por separado, publicaron en sus redes sociales las escenas y fotografías de sus instrumentos inservibles.
Slipknot hizo lo propio, se bajaron del barco durante las primeras horas del domingo, así como varias bandas nacionales que denunciaron haber sido sacados del festival sin explicación. Obesity, Los Bluejays y Jet Jaguar son algunas. Phil Anselmo también dijo adiós sin previo aviso, dejando al Force Fest con la mitad de su programación.
La explicación oficial fue que supuestos grupos de choque iniciaron el alboroto. Una respuesta lamentable y sin fundamentos, culpando de todo a un público que solamente actuó en defensa del tiempo, el dinero y el esfuerzo perdidos.