Recordando algunas de las entrevistas que Adela Micha le realizó a Vicente Fernández, donde el ‘Charro de Huentitán’ habló sobre la muerte y confesó que su único miedo era que su esposa María del Refugio Abarca falleciera antes que él. Esto y más declaró la leyenda de la música.
Al hablar sobre el cáncer de próstata que le diagnosticaron, Vicente Fernández aseguró que no tenía miedo a morir.
“Lo difícil en esta vida es nacer, ¿morir? A todos no va a llevar la chingada”, comentó.
El cantante reveló que su único miedo era que doña Cuquita muriera primero que él.
“Cuando me llevaron al quirófano se me rozaron los ojos, porque dije que Dios no me da licencia de cumplir mis 50 años con mi viejita, es por lo único que se me rozaron los ojos”, mencionó.
Adela Micha cuestionó al ‘Charro de Huentitán’ sobre si le gustaría vivir 100 años, a lo cual respondió que no.
“Yo hasta donde esté sano y que me vea bien, ya que ande caminando jorobado o con silla de ruedas ni madres”.
El cantante señaló que continuamente le preguntaban que cuándo se retiraría, por lo que llegó el momento en el que dijo “les voy a dar gusto”.
“Me dio tanto sentimiento, dije bueno ¿en qué les estorbo? Y dije sabes qué diario que me entrevistan me preguntan eso, pero te diré una cosa ‘con dinero y sin dinero, pero sigo siendo el rey’ Ahorita les anuncio mi retiro y así fue”.
Fernández le explicó a Adela Micha que fue una decisión difícil y dolorosa porque la música es su vida, sin embargo, no quería que llegará el momento en que el público dijera “Chente ya se debería retirar”.
“Con esta voz es con la que me quiero despedir”, compartió en aquel momento.
Uno de los momentos más difíciles para la familia Fernández fue el secuestro de su hijo mayor, Vicente Fernández Jr., a quien le amputaron dos dedos.
Fue en 1998 cuando el primogénito del ‘Charro de Huentitán’ fue privado de su libertad durante cuatro meses.
“Agarro el interfón ‘¿qué pasó Rodolfo?’, ‘oiga patrón uno de los potrillos que más le gustan lo vemos muy mal, ¿no quiere venir para ver si lo llevamos al veterinario?’ Inmediatamente lo supe, aventé el interfón y me agarré chillando. Le dije a Cuca ‘no es un potrillo, es nuestro potrillo’ (…) A mí me habían dicho que le habían cortado los dedos, pero nunca los hallamos. Cuando llega me abraza y cuando veo trae la mano vendada. Le pregunto ‘¿qué te pasó?’, ‘Me cortaron los dedos papá’”, narró.
Vicente Fernández confesó que tenía ganas de vengarse de aquellos que dañaron a su hijo y pensó múltiples maneras para hacerlo.
“Se me ocurría agarrarlo y amarrarlo de un mezquite y amarrarlos de ahí con un alambre y luego con una soga y amarrarlo al caballo, darle para que saliera todo, con todo y todo. Así era mi odio que tenía”, dijo.